De hecho, se ha llegado a afirmar que la versión de PS1 es una conversión muy inferior En mi opinión, basada en haber jugado ambas versiones con casi al mismo tiempo, la versión Saturn es efectivamente superior, pero sin llegar a poder decir que la de PS1 sea basura. Es cierto que las magias y ataques especiales se ven mejor en Saturn esto se nota más hacia el final del juego , y además es mucho más rápido salvar y cargar partidas en Saturn que en PS1 o en PS2 usando el disco de PS1.
Además, no puedes usar Grandia Museo Digital para crear partidas salvadas de la versión PS1 obviamente. Pero en líneas generales, la diferencia gráfica no es apabullante, la banda sonora es la misma y también la historia, y además en PS1 tienes la opción de hacer vibrar el mando, que no es algo crucial, pero es mejor tenerlo que no tenerlo.
El aspecto más criticado, el doblaje al inglés, en realidad no es tan grave. Sospecho que para aquellos que tengan el inglés como lengua nativa, la cosa puede chirriar más, pero para los que no, la verdad es que no he notado que ninguno de los dos doblajes, el japonés o el inglés, sea especialmente malo.
Además, me gusta mucho más la carátula de la versión PAL que se vendió en España que la del original de Saturn, pero eso ya es cuestión de gustos De modo que, en conclusión, tenemos un caso muy parecido al anterior Grandia contra FFVII. Salvando las diferencias idiomáticas que es el principal objetivo de este documento , la versión de Saturn es ligeramente superior a la de PS1, pero esto no significa que la versión PS1 sea mala.
En la parte oriental del continente de Messina, en el pueblo de Parm, ha comenzado una revolución industrial que avanza a pasos agigantados.
En este pueblo vive un muchacho llamado Justin, que con convertirse algún día en un auténtico aventurero como lo fue su padre. En los lugares más recónditos de las ruinas se haya dormida una antigua leyenda.
Es aquí donde los dos observarán un evento que cambiará sus vidas para siempre BAAL: Hmmm parece que me he quedado dormido he vuelto ha soñar lo mismo otra vez. Mullen, ¿cuál es nuestra posición actual? MULLEN: Estamos a mitad de trayecto. Parece cansado, General BAAL.
BAAL: ¿Cuántas veces te lo he dicho, Mullen? MULLEN: Lo sé, señor. Pero es que la teniente Leen está con nosotros.
BAAL: Ha, ha, ha suponía que dirías eso. Sin embargo, Leen ya juega un papel importante en la ejecución de nuestro plan. BAAL: La excavación de las Ruinas Sult se ha completado finalmente. Confío en que cumpláis mis expectativas.
MULLEN y LEEN MULLEN: Hemos asignado a la mayoría de los soldados de élite del ejercito Garlyle a esta investigación. Puede esperar buenos resultados. SISTEMA: La hora actual es: La hora estimada de llegada a destino son las MULLEN: Abra la ventana para el General Baal, Leen.
LEEN: Sí, comandante Mullen. escena HOMBRE: ¡¡Eh tu!! JUSTIN: ¡No estoy robando! HOMBRE: ¿Qué demonios estás diciendo?
Como te estaba diciendo JUSTIN: ¡OWWWWWWW! Lo juro, un día un día SUE: ¡Justiiiiiiin! Eh, eh Justin. Eso ha parecido doloroso. JUSTIN: OH, Sue Así que lo has visto todo, ¿eh? Bien, no te preocupes por mí.
SUE: Si tú lo dices a propósito, ¿Encontraste algo en el almacén? JUSTIN: Nada el tío tenía razón en una cosa, en ese almacén sólo hay basura. SUE: ¡Encontré algo! PUFFY: ¡Puff! SUE: OH sí, Puffy también ayudó. Ahora tenemos uno de los objetos. SUE: Si no los encontramos antes de que el sol se ponga, ¡perderemos la apuesta!
No quiero ser la novia de Gantz. JUSTIN: Lo sé, lo sé. Bien, ¡Gantz! SUE: Nosotros también vamos, ¡Puffy! JUSTIN: ¡Lo hemos encontrado Gantz!
i: Habla con Gantz. Él y sus colegas están bloqueando el puente con cajas. GANTZ: ¡Eh, Justin! Venga se te acaba el tiempo. JUSTIN: ¿Qué es el Fin del Mundo? GANTZ: ¿Qué? Bien, no me extrañaría que no encontraras los 4 tesoros antes de la puesta de sol.
Sería una desgracia. Recuerda que si gano seré el dueño de Sue y desde mañana ella sería mi esposa. JUSTIN: ¿Pero qué dices Gantz? El sol todavía no se ha puesto, ¿sabes? Por tanto, todavía tenemos algo de tiempo. i: Enseñas un delantal sucio a Gantz GANTZ JUSTIN: Je, je t: Aparece el siguiente menú.
Desde ahora siempre pondré en última posición la opción que da pie a la continuación de la aventura, de este modo podrás hacerlo todo. La verdad es que podría haber puesto las variantes de lo que dice GANTZ si eliges ir a buscar primero el casco o el escudo, pero quizá sería liante.
nota de la revisión de Funcioneta: a partir del capítulo 11, el sistema cambia -MENÚ- 1 ¡Los puedo encontrar sin tu ayuda!! t: seleccionando 1 GANTZ t: seleccionando 3 GANTZ: ¡El escudo de luz!
Lo encontrarás en un lugar en el que se pueden oír gaviotas. SUE: ¿Mmm oír gaviotas? t: seleccionando 2 GANTZ: Je El casco de héroe, ¿dices? Lo encontrarás en un lugar en donde se puede oír correr el agua. JUSTIN: ¿Oír correr el agua? Ya que lo que viene a continuación es lo que Gantz dice cuando encuentras el casco, si encuentras primero el escudo dice otras cosas, pero no muy diferentes n.
t: Ahora da una vuelta por el pueblo hasta topar con un chico vestido con una chaqueta rosa y un lazo, él es el hermano de Gantz, la conversación empieza sola MUCHACHO: ¡Uaaah! SUE: ¿Ese que corría era Tentz? JUSTIN: ¿Mmmm? Creo que él es bueno comparado con Gantz t: El chico, Tentz, ha huido, búscalo por el pueblo para otra mini-conversación TENTZ: ¡Otra vez tu!
SUE: Mmm Creía que estabas con mi Gantz. JUSTIN: Gantz esta en el puente de al lado de la fábrica. MADRE DE GANTZ: Siempre igual Bueno, espero que no molestéis a nadie, ¿vale? t: vuelve a hablar con la madre de Gantz MADRE DE GANTZ: Dile a Gantz que en vez de estar jugando todo el día, debería ayudarme en los quehaceres de la casa.
t: dentro de la casa hay una escoba en una esquina y un cofre en la otra, si pulsas el botón en ellos se entablarán las siguientes conversaciones -ESCOBA- JUSTIN: ¡Esto es lo que usa la madre de Gantz habitualmente para pegar a Gantz en el trasero!
SUE: Bueno, a ti Lilly te da con una sartén. Si no fuera porque somos niños t: vuelve a pulsar en la escoba SUE: Ella no puede pegarnos con una sartén, somos dos y aun somos niños, ¿verdad?
Está cerrado con llave, me pregunto si habrá algo importante dentro Baja por ella y camina hacia el oeste, veras un objeto brillando, pulsa el botón en él. SUE: Eh, Justin.
JUSTIN: Eh, ¡tienes razón! Jejeje, ¡prepárate Gantz! regresa a donde está Gantz GANTZ: ¿Qué pasa Justin? JUSTIN: ¡Je, je! Échale un vistazo a esto, ¡Gantz! Bien, todavía tienes que encontrar dos tesoros más. Lo encontrarás en un lugar donde puedes oír gaviotas.
SUE: Hmmm sonido de gaviotas, ¿eh? t: Dirígete al puerto. Una vez allí avanza y gira a la izquierda, veras un objeto brillando en una de las paredes de los edificios, pulsa el botón en él.
SUE: Me pregunto si esta tapa de olla será el escudo de luz JUSTIN: ¿Eh? Lo encontramos. Cógela y vámonos.
i: Vuelve a ver a Gantz. GANTZ: ¿Qué es lo que te pasa ahora? i: muestras la tapa de olla a Gantz GANTZ Por ahora llevas encontrados 3 de los 4 tesoros.
Pero no creas que puedes relajarte, Justin. JUSTIN: ¡La encontraré antes de que te des cuenta Gantz! SUE: ¿Mmm? Me pregunto dónde puede estar la espada.
i: habla con Gantz GANTZ: ¡Estate atento Justin! Pero a no ser que encuentres la llave, no podrás abrirlo. JUSTIN: ¿La llave del cofre? GANTZ: ¡Eh Justin! Siendo un aventurero como eres, abrir el cofre debe estar chupado para ti. Por supuesto, si no puedes hacerlo, supongo que te podremos llamar aventurero de segunda categoría.
t: Bien, ahora ves a casa de Gantz, y pulsa sobre el cofre JUSTIN: Este debe ser el cofre de Gantz. Me pregunto dónde estará la llave… SUE: ¿Por qué no le preguntamos a su madre?
t: habla con la madre de Gantz MADRE DE GANTZ: Hmm La cena ya está casi lista. Me pregunto dónde estarán Gantz y Tentz… ¿Eh? Oh, ¿qué es lo que pasa Justin? Oh, está bien. Recuerdo que Gantz le dio algo a Tentz esta mañana durante el almuerzo. Seguro que la tiene Tentz.
t: dirígete a la taberna de la que salió despedido Justin al principio del juego, allí estará Tentz TENTZ: Que he hecho Que he hecho sniff, sniff JUSTIN: Eh Tentz, ¿qué pasa? TENTZ: Sniff, sniff te lo diré si lo guardas en secreto y no se lo dices a mi hermano Aparece un menú -MENÚ- 1 No lo sabré a no ser que me lo digas Supongo que tendré que decírselo a tu hermano.
t: escogiendo 1 TENTZ: ¡Buaaaaaaa! Que alguien me ayude Sniff, sniff n. t: escogiendo 2 TENTZ: ¡Noooooo! Si se entera que he perdido la llave de su cofre, ¡¡se enfadará!! SUE: Hmmm, ya veo TENTZ: ¿Cómo cómo lo has sabido?
Por dios, ¡¿puedes leer mi mente?! SUE: Jeje todavía eres muy inocente, ¿verdad? Puedes dejar de llorar, ¡te ayudaremos a encontrarla!
JUSTIN: Bueno, creo que no tenemos elección, ¿cierto? t: vuelve a hablar con Tentz JUSTIN: ¿Dónde crees que has podido dejar caer la llave? TENTZ: sniff, sniff Hace un rato estuve en la taberna de al lado del río SUE: Bien, creo que definitivamente debemos buscar por el río.
i: Camina hacia el río por detrás de Tentz. Justin y Sue se arrastran. Sigue moviéndote hasta que encuentres la llave JUSTIN: ¡Ajá! TENTZ: ¡Bien! JUSTIN: ¡Ja, ja! Eres muy amable. TENTZ: ¡Te debo una Justin!.
No olvidaré lo que has hecho por mí. SUE: Fíjate en esto. Parece que Tentz se ha tranquilizado. Y hace un rato estaba llorando a corazón partido.
TENTZ: Mi hermano me dijo que no te diera la llave pero, tómala. Esta es mi manera de pagarte el favor que me has hecho.
t: ahora dirigente a casa de Gantz y Tentz. JUSTIN: ¡Sí! t: Entra en la casa JUSTIN: ¡Bien! SUE: ¡Chaval, se te ve muy entusiasmado!
Puffy también lo dice. JUSTIN: Bien t: Recibes una espada de madera, ve a ver a Gantz. Gantz nunca te daría. i: Ahora sigue hacia donde está Gantz. Lo encontrarás junto con su banda siendo regañado por Greg GREG: ¡¿Por qué hacéis estas cosas?!
JUSTIN: ¿Qué esta pasando en donde esta Gantz? Me pregunto qué es lo que ha hecho para enfadar tanto a Greg… SUE: ¿Ves? Eso le pasa por no hacerme caso cuando le dije que no bloqueara el puente.
Vamos ha decirle a Greg que nosotros no tenemos nada que ver. i: ves al puente GREG: ¿Mmm? JUSTIN: ¿Pero que dices? SUE: Es cierto Tío Greg.
Nosotros sólo pasábamos por aquí GANTZ: Por supuesto que sí, ¡estaban jugando conmigo! GREG: ¿Qué dices? JUSTIN: ¡A--!
De todos modos, ¡CORRE Sue! JUSTIN: Aah Ha estado cerca.. SUE: Bueno, pensando que tienes la reputación de hacer estupideces. No me sorprende en absoluto. i: Entra en el restaurante y habla con la mujer que hay detrás de la barra LILLY: ¡Eh tu Justin!
JUSTIN: ¡AHHH! LILLY: ¿Cuántas veces te he dicho que no entres en la cocina sucio de barro? JUSTIN: Pero LILLY: ¿Qué estás diciendo? Ahora; ¡Fuera, fuera! Chico, eres un niño muy molesto. Y a menos que tengas la intención de ayudarme, quédate fuera de la cocina. SUE: Buenos días tía Lilly.
Si sigues dándole esos golpes a la cabeza de Justin, terminará convirtiéndose en un idiota. LILLY: ¡Ja! No te preocupes Sue. La cabeza de Justin no puede estar peor de lo que ya está.
JUSTIN: ¡Esto es terrible! LILLY: Je, je. Cuando dejes de decir mentiras como esa, serás un niño bueno. JUSTIN: Puff De verdad i: Vuelve ha hablar con LiLLy LILLY: Me estoy empezando a enfadar Si no quieres que me enfade, mejor que no me mientas.
JUSTIN: ¡Es, es mentira! Incluso cuando te digo la verdad, ¡también te enfadas! LILLY: ¿Pero qué dices? Ahora, por favor, no mientas. t: Aparece un menú -MENÚ- 1 Ma-mama si sigues enfadándote así te saldrán arrugas n. t: sartenazo al canto 2 La verdad es que he estado ocupado todo el día. t: al principio se lo piensa, pero al final sartenazo 3 ¡No he hecho nada!
t: Sartenazo n. t: selecciona 1 LILLY: ¡Esto por impertinente, Justin! t: sales de la conversación, vuelve ha hablar con Lilly LILLY: Para de decir estupideces y dime que has hecho hoy.
t: Aparece otra vez el menú, selecciona 2 JUSTIN: Esta mañana he estado tan ocupado que no he tenido tiempo de hacer nada. No tienes que preocuparte de nada. LILLY: Mmm JUSTIN: Ge, esto, err Lo he olvidado.
t: sartenazo LILLY: ¡No puedo creer que digas cosas tan estúpidas! t: Aparece otra vez el menú, selecciona 3 JUSTIN: ¡No he hecho nada! LILLY: Es cierto lo que dice, ¿Sue? SUE: ¡Es verdad, tía Lilly! Justin no hizo nada malo hoy ¡Cre LILLY: ¿Es eso realmente verdad?
SUE: No pero por lo menos no ha hecho cosas peores que las de ayer. t: sartenazo LILLY: ¡Ya sabía yo que no estabas haciendo nada bueno! Te dije que no me mintieras. Juro que este niño Bien, no sé que has hecho exactamente, pero parece que habrá unas cuantas personas enfadadas hay fuera.
Te dije que no hicieras ninguna travesura. OH, perfecto, La cena esta lista. Hoy he hecho algo diferente. Hoy también te puedes quedar a comer Sue. SUE: ¿De verdad te parece bien? He estado comiendo todos estos últimos días aquí. LILLY: Tu tía dijo que esta bien, así que no te preocupes por eso.
Ahora, esperad arriba. t: Comienza la cena. Aquí he decidido poner la traducción completa de la cena que hizo Kangearu Hito, así que he dejado también su sistema de seguimiento de la conversación.
Creo que es muy fácil de seguir y de unos resultados muy buenos. nota de Funcioneta: al igual que antes, a partir del capítulo 11 cambia el sistema B LILLY: Esta mañana el encargado del museo ha almorzado en el restaurante. Es raro, normalmente se lleva la comida al trabajo.
A propósito, me dijo que quería verte en el museo mañana. Dijo que te tiene que dar algo importante. Espero que no sea ningún tipo de basura de esas que siempre encuentras.
i: hablar con Lilly después de B LILLY: Estáis comiendo muy deprisa. Intentad no empacharos. i: hablar con Sue después de B o C SUE: Guau, creo que hoy hemos hecho demasiadas cosas, Justin. Mi estomago está sonando como un loco. Hemos tenido demasiadas aventuras, ¿no crees?
JUSTIN: Lo que yo quiero es tener algún día auténticas aventuras. SUE: La más grande de todas es de tu padre, ¿verdad? JUSTIN: ¡¡Sí, así es!!
t: habla con Sue después de D SUE: Pero es poca gente la que cree que tu padre era un aventurero. El no era muy grande, y solía marcharse con facilidad JUSTIN: De cualquier modo, hacia grandes cosas y siempre conservaba la tranquilidad ante cualquier adversidad. t: habla con Sue después de D2 SUE: Entonces tú eres lo totalmente opuesto a él.
Je, je, je JUSTIN: ¡Jeje! Pero te aseguro que tendré aventuras como las de mi padre. t: hablar con Lilly después de D LILLY: Me pregunto que querrá darte el encargado del museo Honestamente, tu padre nunca decía mentiras pero las cosas que me contó sobre esa piedra se salían de lo normal.
Ahora que lo pienso; la primera vez que vi a tu padre esa piedra era su más preciada posesión. SUE: ¡Ah! t: hablar con Sue después de E SUE: Estate quieto, Justin. Quiero escuchar a Lilly. t: hablar con Lilly después de E o F LILLY: La primera vez que me encontré con tu padre fue en un barco.
La luna estaba oculta y no se oían las olas. Era una noche tranquila SUE: ¿Lo escuchas Justin? LILLY: Y entonces, sin previo aviso, una banda de piratas apareció, y en un momento abordaron el barco de tu padre. JUSTIN: ¡Ooh! t: volver a hablar con Lilly LILLY: Bien, el capitán pirata le vio la piedra a tu padre.
Pero tu padre se negó a pesar de las peticiones del capitán. JUSTIN: ¡Ohh! LILLY: Bueno, el capitán quedó muy impresionado por el valor de tu padre y decidió no arrebatarle la piedra. t: habla otra vez con Lilly JUSTIN: Me pregunto que tipo de capitán pirata era. Seguramente era uno de esos hombres corpulentos con barba larga y músculos grandes.
LILLY: ¡Ja ja ja ja! JUSTIN: ¿QUÉ? Ese nombre me suena En aquella época yo era muy joven y hacía cosas muy temerarias. t: habla otra vez con Lilly SUE: ¡Yo no sabía nada de eso! Lilly era una pirata LILLY: Sí, la verdad es que es un poco embarazoso, así que no se lo digáis a nadie, ¿vale?
Bueno, la verdad es que creo que todo el mundo ya lo sabe t: habla con Sue después de G4 SUE: ¡Guau! Creo que tía Lilly es una experta cocinera. Cuando sea mayor me gustaría ser como ella.
t: eligiéndote a ti mismo LILLY: ¿Has terminado de comer? Si quieres algo más dímelo. t: aparece el menú -MENÚ- Bueno, creo que comeré algo más. No, estoy inflado. i: eligiendo 1 LILLY: ¡De acuerdo, mas comida para el nene! i: seleccionando 2 JUSTIN: ¡Esto estaba delicioso!
SUE: Justin, mañana iremos a ver qué quiere el encargado del museo, ¿verdad? t: Se marchan a dormir. EL MUSEO n. i: La escena comienza en el cuarto de Justin SUE: ¡Buenos días Justin!
t: ¡¡Ahora vamos a dar una vueltecita por Parm!! Al salir de casa de Justin, justo enfrente hay un chaval, habla con él JUSTIN: ¡Oye, Rocko! ROCKO: ¡Ahhh! Oh eres tu, Justin. t:Vuelve a hablar con Rocko ROCKO: En fin estoy aquí JUSTIN: ¡Por eso has venido hasta aquí! Felicidad porque se daba cuenta de que lo que le ocurría era voluntad de Dios, lo sentía, lo sentía claramente como si alguien se lo hubiese dicho, pero al mismo tiempo sentía miedo.
No logro entenderlo. Eran demasiadas preguntas, demasiadas y ninguna res- puesta. Tomó sus cosas, buscó a las ovejas y las arrió lo más rápido que pudo hasta su casa, casi corriendo.
Necesitaba hablar con el sacerdote. Era imperioso que hablara con una persona de Dios, alguien que tuviese ex- periencia en este tipo de sucesos y pudiera decirle qué iba a pasar o a qué atenerse, o algo, lo que fuera, cualquier cosa que le devolviera la tranquilidad.
Sí, si Misur no pudo ir al pueblo a ver al sacerdote voy a ir ahora mismo, no puedo esperar -lo suyo se acercaba a la desesperación. Llegó a su casa y metió las ovejas en el corral, empuján- dolas.
Misur salió a la puerta, debajo del alero y le gritó: - ¡Esposo! Al atravesar el umbral, encontró al sacerdote y su ayu- dante sentados a la mesa, quienes al verlo se levantaron para saludarlo.
Misur estaba parada a un costado, cerca de la entrada. Luego de saludarse, Elam pidió al sacerdote y a su ayu- dante que se sentaran nuevamente y le preguntó a Misur por los niños. Ella le dijo que al ir al pueblo, de paso, los había dejado, en casa de sus padres. Elam les narró lo sucedido en la jornada anterior y la nueva visión que había tenido ese día.
Y también cómo estos hechos lo habían dejado alterado y preocupado. Los hombres lo escuchaban atentamente sin emitir co- mentarios. Cuando Elam concluyó su narración el sacer- dote guardó silencio un momento más, como aclarando sus pensamientos y luego le dijo: - Hijo mío, es claro que estas visiones que has tenido pueden provenir de Dios.
En este momento aún no logro darme cuenta del mensaje, ni si son hechos futuros o pa- sados. Es posible que debamos esperar una señal de Dios en ese sentido para poder aclarar la cuestión. Si no te molesta, nos gustaría que- darnos contigo unos días para ver si algo más se presenta, y poder acompañarte.
Podemos ubicarnos en cualquier rincón que tú dispongas para no molestar, no quisiéra- mos interferir en tus costumbres diarias, ni ser una carga para ti y tu familia. Elam estaba sorprendido, esto era mucho más de lo que podía haber esperado. Él, aunque era muy creyente, no era una persona practicante del culto -podríamos decir-, no tenía la costumbre de ir al templo, y no había tratado con el sacerdote antes de estos eventos.
Les ofreció a los religiosos, los aposentos de los niños -ya que estos se quedarían en casa de sus abuelos, y de ser necesario, podría dejarlos allí unos días más. Cenaron intentando conversar sobre temas triviales.
Elam y Misur no eran gente adinerada. Eran sólo pas- tores, así que no tenían grandes comodidades que com- partir, y tampoco podían darse el lujo de dejar de trabajar. Elam debía continuar con su vida y sus tareas como de costumbre mientras todo este tema se resolvía. Si estoy en lo correcto esto podría llevar, cuanto menos, uno o dos días aún.
Te pido que tengas fuerzas y fe en Dios. Si Él te ha elegido es porque sabe que puedes hacer frente a aquello que te ha confiado, recuerda que Él te conoce mejor que tú mismo. Nosotros vamos a acompañarte en todo momento. Dios te está poniendo una prueba y estoy seguro de que podrás superarla con éxito.
Ve a dormir y descansa. Mañana será otro día. Y agregó. Ve a dormir e intenta descansar, no te preocupes por nosotros. Misur pasó la noche observando a Elam. Si dormía, si se movía, si respiraba. Era imposible no notar lo preocu- pada que se encontraba por su marido. Las primeras luces del alba los recibieron desayunando, se prepararon casi en silencio para empezar el día.
Los veía cómo iban de un lado a otro acomodando las cosas que llevarían con ellos y cómo hablaban en voz baja, casi en un susurro, para no molestar. Elam tenía claro que para ellos ésta era una posibilidad única, tal vez, la que habían esperado y para la que se ha- brían preparado toda su vida.
Están felices, se nota; y yo sólo deseo que termine. Perdó- name Dios mío, no es que no quiera serte útil es que simple- mente estoy tremendamente asustado y temo fallarte.
Por favor, dame las fuerzas necesarias para superar tu prueba. Todo va a estar bien, ellos me van a acompañar. Trataré de traer algún pez por- que ayer no pude.
Tal vez esto ya haya pasado. Quédate tranquila mujer. Salió en busca del rebaño e inició su rutina. El sacerdo- te y su ayudante lo seguían, pero se mantenían apartados tratando de no intervenir, era claro que intentaban ser sólo meros observadores.
Elam al caminar se apoyaba en su cayado y arriaba a las ovejas hacia los pastos. Te ruego que todo esté bien. Dame fuerzas, cuida a mi mujer y a mis ni- ños. No me lleves todavía, permíteme ver crecer a mis hijos y ayudarlos a iniciar sus vidas adultas.
Absorto en sus cavilaciones se encontró en el límite de los pastizales. Los religiosos permanecían a cierta distancia, en silen- cio. Acomodó las pieles y su alforja sobre la roca y se sentó a descansar mientras observaba cómo las ovejas corretea- ban y pastaban apaciblemente.
El cielo estaba levemente nublado. No parece que fuera a llover, aunque un poco de lluvia no le vendría mal a las plantas. Ojalá que los niños estén bien con los abuelos. Gracias Dios por mi familia. Gracias por este día. Se escuchaba el susurro del agua del arroyo cercano y el graznido de algunas aves que pasaban no muy alto.
Elam las seguía con la vista. Casi se había olvidado de sus compañeros de jornada… El cielo cambió bruscamente. Las nubes se cerraron. El suelo estaba mojado y era un barrial, un bañado, pero el agua se escurría, se escurría y se acumulaba en un sólo lugar, parecía que el suelo se elevaba secándose y que el agua fluía creando un mar, un océano.
Elam presencia- ba la separación del aire en firmamento, el agua en mares y la tierra en terreno seco. Podía sentir que pisaba suelo seco y que el mar bañaba la playa.
El lugar ya no era un bañado. Aunque no veía vegetación ni animales al menos el paisaje general era algo más familiar. Árido, muy árido, pero familiar.
Estaba parado en el pasto entre las ovejas. Se tocó la cara y el cuerpo como reconociéndose. Otra vez, ocurrió otra vez. Sí, aquí están. Dios, Dios las cuida por mí. Respiró hondo, se restregó los ojos, como si despertara de un sueño. Caminó hasta el arroyo para beber.
Sin apu- ro. Se arrodilló en la orilla y quedó un momento quieto, sin hacer nada. Se miró en el agua y luego juntó las manos para tomar un poco. Bebió despacio. Luego se lavó la cara y se mojó el pelo y la nuca, masajeándola levemente. Los religiosos lo observaban de lejos en absoluto silen- cio.
A cor- ta distancia, el sacerdote y su ayudante lo observaban. El sacerdote con un leve gesto de su mano le decía a su ayudante que no hiciera nada, que no interviniera.
Elam pasó cerca de ellos arriando las ovejas y todos iniciaron el regreso. El retorno fue en silencio y sin apuro, casi como un día más de tantos. Al fin, al llegar, Elam dejó a las ovejas en el corral y al pasar al lado del sacerdote le dijo: - Vamos adentro, maestro, comamos algo y les contaré lo que he visto.
Misur, al verlo entrar en la casa, quiso saber: - Has tenido otra visión -fue más una aseveración que una pregunta. Estás cansado, esposo mío. Siéntate que he preparado algo para que todos coman. La mujer miró a los religiosos, como preguntando su opinión. El sacerdote y su ayudante en silencio se sacaron los morrales y dejaron sus cosas sobre el suelo, en un rincón.
Luego salieron a lavarse para cenar. Elam se sentó en una banqueta y se apoyó en la mesa. He tenido otra visión. Cuando vuelvan los re- ligiosos se las contaré. Mientras comían, Elam narró lo que había visto.
Relataron cómo Elam miraba sus pies, observaba el cielo, y cómo, por momentos, extendía las manos como si fuese a tocar algo. También les comentaron que las ovejas se mantuvieron cercanas y apacibles en todo momento.
Ninguna se separó del rebaño ni fueron atacadas por al- gún depredador. Al fin, el sacerdote le dijo a Elam: - Hijo. Debes estar tranquilo. Estoy seguro de que lo más difícil ya ha pasado.
Debes alegrarte de ser tú el ele- gido por Dios para recibir este mensaje. Ya habrá tiempo de interpretarlo. Mientras tanto descansa.
Nosotros, por nuestra parte, vamos a orar a Dios para que te dé las fuer- zas necesarias y la claridad de mente y espíritu que nece- sites.
Lo que viene de Dios tiene que ser bueno. Se dio vuelta y le dijo a su ayudante: - Retirémonos a nuestro aposento. Dejemos a esta gen- te tranquila. Todos necesitamos descansar. Un nuevo día se iniciaba. Otra vez, ¿y hoy? Por favor Dios mío ten misericordia de mí y mi familia. Elam se levantó y se preparó como de costumbre, los demás hicieron lo suyo.
Misur les preparó comida para el día. Llegaron a las pasturas enseguida, sin ningún tropiezo. Aquí estoy, una vez más. Cada vez que miro los pastos, las serranías, el desierto, los arroyos, las aves, pienso, ¿cómo ha creado Dios todo esto?
De la tierra brotaban plantas, plantas que se convertían en árboles, árboles que daban frutos, y frutos que daban semillas. Lo árido se tornó verde, verde y diverso. Progre- sivamente se encontró rodeado de gran vegetación, tanta que no podía ver el cielo. Y el pastizal volvió, y con él las ovejas.
Así lo hizo, ¡así fue! Buscó a los religiosos con los ojos. Los religiosos corrieron hasta él y se arrodillaron a su lado. Es el caos original, cómo lo organi- zó, cómo separó el agua de la tierra, la luz y la oscuridad, el día y la noche, las plantas, los árboles… creo que mi cabeza va a reventar.
Se reía y lloraba. Los religiosos lo abrazaban y trataban de contenerlo. Tráele algo de comer -le pidió el sacerdote al ayudante. Éste trotó hasta donde estaban los morrales y regresó con un poco de pan y agua. Elam les contaba lo que había visto y cómo la tierra pa- saba de la aridez extrema a la exuberante vegetación de- lante de sus ojos.
Había tanto bosque, tantos árboles que ni siquiera podía ver el cielo. Dios me está mostrando la Creación, cómo creó la tierra y todas las cosas que la ha- bitan. Sién- tate y te lo contaré, ha sido maravilloso, impresionante… Al día siguiente allí estaban otra vez.
Elam acomodó las pieles sobre la roca. Buscó un trozo de pan -la caminata le había dado hambre. Se sentó y se desperezó estirando los brazos. Sí que es un día hermoso… Salió de entre los árboles y vio el sol pasando raudo so- bre él, y luego la luna y las estrellas.
Los días y las noches se sucedían a un ritmo vertiginoso. Los días pasaban, los años, los siglos, milenios. Los religiosos lo miraban sin comprender y se acerca- ron casi trotando.
Nos dice que los astros fueron hechos con un propósito, para ayudarnos, para organizarnos… Es maravilloso. Todo tiene un motivo. Todo tiene un porqué. Y atardeció y amaneció el quinto día… Y allí estaba de nuevo en el prado con sus ovejas.
Se recostó y apoyó las manos en sus muslos, mientras miraba el arroyo. Agua, mucha, llena de peces, chicos, grandes. Y en el cielo aves, gran cantidad, revoloteando. Los graznidos lle- naban el aire. Enormes animales marinos, enormes, gigantes, mons- truosos. Algunos salían a la tierra, otros se arrastraban como serpientes ganando la tierra firme.
El mar bullía de vida, vida diversa, inmensa diversidad. Las aves anidaban en la tierra y se reproducían, el mundo se llenaba de vida. Eran muchas, demasiadas, no lograba seguir a todas esas criaturas, tan distintas y tan similares. Tantas… tan- tas… La playa desapareció.
Elam se tiró de espaldas en el pas- to. Con las manos tanteaba lo que había a su lado. Busca- ba la arena que ya no estaba, mientras miraba el cielo en busca de las aves. Cerró los ojos en un intento de retener las imágenes. Más, más. Se sentó. Y los días. Por eso me la muestra fraccionada.
Hizo un alto en su discurso para tomar aliento. El sacerdote ya estaba a su lado y se sentó cerca. Aún no me lo ha mostrado, aún no lo he visto Y atardeció. Amaneció el sexto día.
Se arrodilló. Dejó su cayado y oró, agachado con la frente casi sobra la tierra y las manos unidas. Dios, Dios mío, déjame ver tu grandeza, muéstrame tu Creación. Ten misericordia de tu humilde servidor. Dame las fuerzas para realizar tu encomienda… Del mar apareció la tierra firme y en ella los animales terrestres, pequeños, grandes, todas las especies.
La tierra rebosaba de vida. Y Dios estaba conforme. Y apareció el hombre. El hombre mandaba sobre los animales, los dominaba. Hombres y mujeres caminaban juntos. Dios proveía del alimento a todos. Frutas y semillas para los hombres y hierbas para los ani- males.
Y Dios miraba su Creación y veía que era perfecta. Elam volvió en sí al borde del arroyo. Miró alrededor como intentando ubicarse. Dio un par de pasos hacia atrás, se dio vuelta y empezó a caminar alejándose del agua.
Se sentía como borracho, embriagado. En estado de bienaventuranza. Les dijo: - Regresemos, vamos a casa, quiero ver a Misur, deseo contarle, quiero describirles lo que vi. Sus ojos transmitían amor, amor, compasión, compren- sión. Dios creó al ser humano a imagen suya, macho y hembra.
Y Dios vio cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Mujer, esposa mía, puedo sentir el amor de Dios por su creación, por nosotros, por cada hierba, por cada ave. Su voz se quebró por la emoción, no podía contener el llanto.
El sacerdote y su ayudante se postraron y oraron. Amaneció el séptimo día… Caminó hasta llegar a la piedra donde dejaba sus cosas, como quien va al encuentro de alguien.
Se sacó las pieles, dejó el cayado en el suelo, apoyó el morral sobre la piedra y se sentó. Cerró los ojos y esperó… La obra estaba concluida. La tierra, los cielos y todos sus elementos y seres. Y cesó Dios en el día séptimo todo el trabajo que había hecho. Lo bendijo y santificó.
Abrió los ojos los buscó. Allí estaban. Se tambaleó, se apoyó en la roca con una mano. Algo o alguien me abandona, me siento mareado. Tengo miedo, Dios no me lleves todavía. Ha terminado. Ya no hay nada más. No me siento bien. Llamó al sacerdote con la mano y le dijo: - Vamos, regresemos.
Hoy es día de des- canso. El séptimo día debe ser santo. Es el día en que Dios da por concluida la Creación. No debemos trabajar. Lo que Dios me dio terminó. Se ha ido. No me siento muy bien -los pensamientos se le mezclaban. Arriaron las ovejas y Elam se fue sintiendo mejor a me- dida que se acercaban a la finca.
Misur se encontraba en la huerta carpiendo el suelo. Corrió hasta ellos. Es el día en que concluyó la Creación, el séptimo día. Deja las herramientas mujer, hagamos como Él dijo. Siento que ha terminado. Tengo la sen- sación de que lo que estuvo conmigo estos siete días se ha ido.
Me siento distinto y cansado, bastante cansado. Esperó que la tinta se secara -ayudó soplándola suave- mente-, y luego enrolló el papiro con gran cuidado y re- verencia. Lo ató con un cordel y lo guardó en el cofre de las posesiones sagradas del templo. Era necesario descansar; en la mañana debería iniciar el largo viaje hasta el templo principal donde le contaría lo acaecido al sumo sacerdote.
Ya tenemos una idea más clara sobre lo que pudo ha- ber ocurrido, qué fue lo que en realidad narró y una cosa más: el porqué de los días. Cuando pensé en escribir la narración de lo que el ob- servador vio, inmediatamente se me planteó este dilema de los siete días.
Pensé: ¿y si los siete días no fueran los días de Dios sino los días del observador? Y sí, tendría sentido. Es mucha información para reci- birla en un sólo día y además, al entregársela al observa- dor en siete sesiones, podríamos considerar que la narra- ción fue contada en siete días.
Tal vez eso fue así porque, seguramente, Dios deseó instalar esa necesidad de divi- dirlo por día, ya que los siete días tienen un motivo de ser -desde el punto de vista religioso-, que a continuación vamos a analizar. Veamos el lado religioso de la narración. Ya hemos visto que al integrar cielos y tierra trata de abarcar todo, todo lo que existe y que al repetir -en el final- cielos y tierra nueva- mente, llama nuestra atención sobre la perpectiva pura- mente humana y terrenal del narrador.
Es posible también, que debido a que la palabra kosmos es de origen griego, y a que en la lengua hebrea no existe un vocablo que corresponda exactamente a esa idea, es que recurre a esta redundancia de cielos y tierra.
Para mí, es evidente que al englobar todo está incluyendo lo intan- gible, como el mundo de las ideas y las leyes que rigen los sistemas. Se supone que el hagiógrafo -el autor sagrado-, además de narrar una posible visión, tendría la intención de cate- quizar, de dar una lección de teología de manera sencilla y directa, en un lenguaje que pudo haber sido popular, a personas de mentalidad primaria.
No olvidemos que esto debe haber ocurrido unos mil años antes de Cristo y que los conocimientos científicos de esa época eran en extre- mo reducidos.
Éste no es un tema menor, al contrario, debido a que en ese momento imperaba el politeísmo en las distintas culturas. A nadie se le ocurría, o era bastante difícil de imaginar, que todo fuese obra de un sólo Dios, porque Él crea animales, plantas y al hom- bre y nada más, no crea en ningún momento otros dioses, ni semidioses, ni nada que se le parezca.
El mensaje y enseñanza que debe quedar luego de la lectura es claro y contundente: Dios es uno sólo y además es preexistente, existe desde antes del origen del mundo.
Sigamos con el Génesis. Esto nos da la sensación de que la presencia de Dios es casi tangi- ble, de que el autor siente el espíritu de Dios por encima del caos inicial, no sólo puede ver, sino que además sien- te, percibe, la intención existente detrás de la obra.
A continuación inicia la descripción de la creación. Aquí es importante recalcar que posiblemente al hagió- grafo, le importaba más el aspecto doctrinal y religioso de la narración que la faceta científica -obviamente. Para mí es obvio que el autor no alcanza a comprender cabalmente lo que está viendo, ya que parte de conceptos propios de su época en la que se creía, por ejemplo, que la bóveda celeste era sólida, que las estrellas, el sol y la luna eran dioses, etc.
Además, él se encuentra quieto a lo largo de las trans- formaciones y todo ocurre a su alrededor. Para él, el lugar en el que se halla es el centro del universo; y el sol, la luna y las estrellas se mueven a su alrededor.
A tal punto ésa era la idea generalizada y compartida por los estudiosos, que la creencia que la Tierra era el centro del universo prevaleció más allá del año d. La visión heliocéntrica del griego: helios - sol, centro colocaba al Sol en el centro del sistema y desplazaba a la Tierra a ser uno más de los planetas que giraban en torno a la estrella.
Éste no es un tema menor, Galileo estaba cambiando de lugar al hombre, la creación máxi- ma de Dios, ¡el centro de la creación! Bien, continuemos. Muchas veces comprobamos que los comentaristas del Génesis se preguntan: ¿Por qué el autor no habla de la creación de las tinieblas pero si de la creación de la luz?
E intentan explicarlo; por lo general, argumentando que a la oscuridad se la asocia con el mal y a la luz, con el bien; sin embargo, en el texto no hay ningún motivo para creer que la oscuridad, las tinieblas, representen el mal, simple- mente antes de la luz estaba oscuro y luego de la luz no.
Creo que debemos recordar que el espacio sideral es oscuro por naturaleza debido a que carece de atmósfera y la luz no tiene forma de esparcirse y generar esa sensación de estar rodeado de claridad que nos es tan familiar.
Es importante -fundamental podríamos decir-, no perder de vista que cuando se habla del Génesis y, obvia- mente, de La Biblia, por lo general nos encontramos en el ámbito de la religiosidad.
He aquí la referencia más precisa de que el hombre va a ser representante de Dios ante lo creado en la tierra, que mandará sobre los animales y las plantas, y que esa atri- bución conlleva la enorme responsabilidad de cuidarlos. Dios es ante todo un padre misericordioso y amoroso, y no surge de Él, en ninguna parte, que podamos mal- tratar a los animales ni sojuzgar a otros como mandato, todo lo contrario.
En este párrafo puede verse claramente la intención de transmitir la idea, la indicación o enseñanza, de que el hombre debe proteger y respetar la vida, toda la vida animal ya que para su alimentación están las plantas. Es indudable que el hombre, al tener conciencia, puede hacer esa discriminación, una discriminación que los ani- males son incapaces de realizar.
Toda la materia, y las fuerzas que actúan sobre ella, son creadas por Él y responden a su mandato. Ellas son creadas por Dios, están creadas por partes de ese mismo Dios pero no son Dios. Es fundamental esta distinción, esta separa- ción, porque es muy sutil, y puede ser sencillo confundir Creador y creatura.
Los granos dentro de la granada son parte de la granada pero no son la granada. Ningún otro pueblo, de los que existían en el planeta en ese entonces, llegó a una explicación tan cercana a la verdad científica como éste: el hebreo, el pueblo elegido.
Es evidente, para mí, que el hagiógrafo en estas prime- ras líneas de Génesis intenta explicar el origen del mundo pero no desde una óptica científica sino desde el punto de vista de la relación entre la creación y Dios.
Todo es obra de Dios, tanto el mundo como el espacio, los astros, las fuerzas que actúan, las ideas y lo que sea que esté allí y que aún no podemos ver. El cielo y la tierra. Todo es razonado y lógico, a tal punto, que el caos pri- migenio parece ser la materia original de una obra de arte, la masilla de una escultura, el lienzo y las pinturas, pero con el detalle del libre albedrío, un pequeño gran de- talle.
Un detalle que no es menor. Un detalle que hace una enorme diferencia y que da idea exacta de la misericordia y el amor infinito del Creador. Su obra no sería la misma sin la libertad, sin el tan pon- derado libre albedrío. Ese libre albedrío que ha llevado a la Humanidad a realizar logros tan grandes y trascenden- tes y cometer tantos y tan lamentables errores.
En el contexto del libre albedrío, me resulta verdadera- mente maravilloso observar en La Biblia cómo Dios dicta las normas, luego se enoja porque la Humanidad no hace lo que Él manda, entonces la reprende, la perdona, modi- fica las leyes que había impuesto a ver si esta vez los hom- bres las pueden cumplir… lo que por lo general no suce- de.
Entonces nuevamente se decepciona y enfada porque no hay caso, no cambian de senda; las vuelve a modificar, las aprieta, las afloja. Les cambia los juguetes peligrosos, como dioses paganos -por ideas más cercanas a las de un sólo dios-, y retira del juego a los que, es palpable, no se les puede dejar jugar con el resto, como ocurrió con los habitantes de Sodoma y Gomorra.
Sí, el gran Libre Albedrío -con mayúsculas-, el viejo li- bre albedrío que aún no logramos controlar. Nos hemos vuelto a desviar del objetivo que era realizar una comparación del Génesis con la ciencia, pero valga el desvío, ya que es bueno verlo en el contexto del libro al que pertenece y del que forma parte.
Recién ahora, en esta época que nos toca vivir, se puede realizar una comparación más completa y profunda del texto con la ciencia, y el hecho de que encaje me resulta verdadera- mente sorprendente. Es necesario comprender que tanto el hagiógrafo, ob- viamente, como los comentaristas bíblicos que han escri- to -digamos- hasta hace unos veinte años atrás, no han contado con los recursos suficientes para entender y atar tantos cabos sueltos.
Hoy, con algunos conocimientos y una computadora conectada a Internet, cualquier persona puede chequear lo narrado en estas líneas y además realizar nuevos apor- tes para una mejor comprensión del tema. No fui yo, fuiste tú.
Muy bien. Es cierto, el Edén, se me olvidaba. A continuación del Génesis, y sus siete días, encontra- mos una nueva descripción de la Creación pero realizada de un modo absolutamente distinto. A tal punto que, por lo general, los biblistas aseguran que tiene un origen di- ferente, otro autor, y probablemente fue escrita en otro momento.
En esta nueva descripción existe una línea diferente de hechos. Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie del suelo. Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro. El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice.
El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur.
Y el cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Y Yahveh Dios formó del suelo to- dos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser vivien- te tuviese el nombre que el hombre le diera.
Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Por eso deja el hom- bre a su padre y a su madre y se une a su mu- jer, y se hacen una sola carne.
Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro» Génesis Adán, reconociendo en ella la compañera deseada, gozosamente le dio la bienvenida como a su desposada y expresó su gozo en una exclamación poética.
Instintivamente, o como resultado de una instrucción divina, reconoció en ella una parte de su propio ser. De allí en adelante debía amarla como a su mismo cuerpo, pues al amarla se ama a sí mismo.
Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores.
Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado.
Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida» Génesis Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano.
Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una oblación de los frutos del suelo. También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos.
Yahveh miró propicio a Abel y su oblación, mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. Y cuando es- taban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el nombre de su hijo. A Henoc le nació Irad, e Irad engen- dró a Mejuyael, Mejuyael engendró a Metu- sael, y Metusael engendró a Lámek» Génesis Me parece obvio que esta descripción no tiene corres- pondencia con la creación general, sino sólo con la del Edén, y de Adán y Eva.
Cuando Dios crea el Edén, hace mucho tiempo que la Humanidad camina en el mundo, millones de años; tanto es así, que luego de que Dios expulsa a Adán y Eva del Paraíso, Caín mata a Abel -únicos hijos de Adán y Eva-, sale de la presencia de Dios, y se asienta en el país de Nod donde conoce a su mujer.
Aquí queda en evidencia que Caín conoce a su mujer en el país de Nod porque existían mujeres a quienes co- nocer, y porque había otros países donde residían muje- res, otras mujeres -que por supuesto- no eran familiares de Adán y Eva.
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